La Calumnia, Botticelli
La luz dorada ilumina el salón del palacio, dónde la impermutabilidad de las estatuas y bajorrelieves de dioses y héroes clásicos que decora la arquitectura, contrasta con el dinamismo de la composición que recrea la escena.
Una escena que Botticelli pinta en pequeñas dimensiones para la casa Segni — una importante familia florentina — y basa en la descripción que realizan Luciano y Leon Battista Alberti sobre una obra perdida del maestro Apeles, uno de los pintores más importantes de la antigüedad clásica, cuya producción tuvo lugar durante el siglo IV a.C.
La Calumnia es una alegoría sobre las falsas acusaciones y tiene una lectura de derecha a izquierda. De esta forma podemos ver primero al Rey Midas, acompañado de dos figuras femeninas — la Sospecha y la Ignorancia — que susurran a sus orejas de asno. Ante él, el Rencor vestido de harapos trae de la mano a la Calumnia, indiferente a todo lo que sucede. La Envidia y el Fraude adornan sus cabellos mientras arrastra a la víctima, un hombre desnudo que pide auxilio. Por último, a la izquierda del grupo central aparecen una vieja envuelta en un manto que mira a una joven desnuda que levanta el brazo, simbolizando la Penitencia y la Verdad respectivamente.
Título: La Calumnia.
Autor: Sandro Botticelli.
Fecha: 1495, Renacimiento. Pintura Histórica.
Técnica: Pintura al Temple sobre tabla, 62×91 cm.
Localización: Galería Uffizi, Florencia.
Escrito por Inmaculada Peña
Artista Plástica, Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla.